Metamorfosis de verano
A
principio de junio viniste a visitarnos en forma de mariposa.
Te
dejaste ver, sobrevolaste nuestra casa en el aire y fuiste fuego.
Te
acercaste a nuestra intimidad con la cautela de la que sabe.
Dibujaste
una sonrisa en nuestro cuerpo.
Femenina, posaste en el ventanal para que pudiéramos verte.
Nos
acercamos a ti. No tuviste miedo.
Tus
colores eran cálidos y profundos:
amarillo,
negro, cielo.
Fuiste
cariñosa con tus gestos, sutil con tus movimientos.
Sencilla,
sin colores falsos ni calor artificial,
fuiste
más viva que la luna.
Entonces,
empezaste a latir en mi vientre,
las
curvas de tus alas reflejan la blanca creciente.
¡Bienvenida
a tu nueva casa!
Pd. Leyendo "Los nueve peldaños" de Anne Givaudan y Daniel Meurois.
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