y buscas...y no encuentras

Hemos llegado a las 12 a la plaza de la Farga, después de más de una hora buscándola, una plaza escondida entre los callejones del Carrer de Sants i la Plaça Espanya. Una plaza donde los abuelos juegan a la petanca, los niños se rebozan en la arena y los jóvenes buscan empleo. El letrero que ponía OGT era nuestro destino. Una guardia de seguridad nos ha "invitado" a entrar sin amabilidad al local número 8 y hemos seguido formado cola en la ventanilla de Información. Nos han desviado a la mesa 24. Hemos llegado a la mesa 24 donde había tres funcionarios, aparentemente trabajando, ninguno nos atendía, ninguno notaba nuestra presencia en aquel agujero donde no entra el sol (ni la fregona) desde hace años. Eran personas tristes, aquella mañana nosotros no éramos personas tristes (habíamos dormido abrazados y nos habíamos despertado con un paquete_sorpresa). Después de un "hola" sutil dirigido a la mujer de la mesa 24, ésta ha despertado de su trance y con una rutinaria forma de saludar ha preguntado: "¿os han mandado aquí?", antes de dejarnos responder ha seguido con otra pregunta obligada: "¿qué queréis?".

-"Venimos a inscribirnos a la bolsa de trabajo".
- Ah! ¿los 2?
- Sí.
- Pues acércate a la mesa de mi compañera que ella te atenderá- le ha dicho a Joan, yo ya estaba sentada delante de su mesa. (Esta vez no me iban a mandar a otro lugar, pensaba).

Después de unos minutos de conversación entrecortada, nos han dicho que este trámite no servía de nada porque teníamos que volver para introducir nuestro currículo en su tabla de datos y para ello teníamos que pedir hora en septiembre. No hemos desistido y hemos preguntado por las ofertas de aquel momento porque estábamos buscando trabajo para YA no para septiembre. Entonces, han parecido entender nuestra desesperación y nos han mandado a la sala contigua.

Inocentes, nos esperábamos encontrar otro funcionario con las mismas pocas ganas de trabajar, pero no. Era una sala cuadrada con hojas colgadas por las paredes. Esas hojas blancas eran ofertas de trabajo. Joan, más incrédulo de lo que había entrado, ha buscado algo que le pudiera interesar y me ha mirado indignado y me ha dicho "¡tendré que hacerme cocinero para poder trabajar, sino no sé qué hago aquí!" y ha salido de la sala titulada: "ofertas de empleo". Yo he visto una oferta donde necesitaban un periodista (parece que lo último que se mira son las condiciones de trabajo después de buscar y no encontrar nada). He cogido el número del código y he vuelto a la mesa 24.

He continuado siendo igual de invisible para aquellas tres personas tristes hasta que me he sentado delante de la mujer de la mesa 24 y le he dicho amablemente. "Perdona, he encontrado una oferta que puede interersarme, ¿qué tengo qué hacer?". En la boca de la mujer de la mesa 24, había la frase "está cerrado, vuelva usted mañana" pero no me la ha dicho y me ha mandado a otra mesa.

Una marioneta.

En la mesa 25, otra mujer que escuchaba música con unos cascos me ha hecho un sinfin de preguntas inútiles porque ya se las había explicado a la mujer de la mesa 24, pero sin ningún tipo de rencor le he respondido y me ha dicho: "como es la primera vez que te inscribes en el INEM necesitamos tener un currículo personalizado", y blablabla..., lo llevaba en la mano pero tampoco le ha interesado y me ha repetido lo mismo que la señora de la mesa de al lado. "Hasta septiembre no puedes pedir hora para que te lo pasemos a nuestro sistema, así que no podemos ayudarte".

-Gracias.