pampero

Sopla el viento y no lo oigo. Tampoco lo siento. Me llaman loco en la calle cuando todos se ocultan debajo de su manta familiar. Cuando llega el invierno con él llega mi muerte. Tengo 45 años y hace tantos días comos lo que he vivido que estoy en la misma esquina de la ciudad. No tengo manta, tampoco familia. Y sigo aquí sin oír el viento.

Comentarios

Joana Abrines ha dicho que…
gracias por enseñarme a hacerlo. hay demasiadas cosas que hemos dejado sin hablar.

muaka

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