Decálogo del periodista
- Puedes entrar en casa de un desconocido, con previo aviso y con la excusa de la entrevista, escuchar su silencio. Observar su hogar familiar y sentarte en su sofá. Esos minutos anteriores a la conversación son lo más interesante cuando alguien no tiene nada especial que contar.
- Hacer fotografías a niños, a no tan niños, a sombreros, a zapatos, a paredes o a cristales y sonreír al fotografiado después de pensar en la excusa perfecta para vender el reportaje a tu jefe/a, que seguramente está incluido en el sueldo mínimo de cada mes.
- Comer, beber y dormir en un hotel de lujo, con o sin compañía y a gastos pagados, es una posibilidad de este trabajo. Yo como primeriza en el sector sólo he conseguido degustar el menú para prensa en algunos restaurantes de nueva apertura, todo ello a cambio de una implícita o explícita crítica gratuita en una revista de gastronomía.
- Recibir regalos de los clientes que quieren entrar en la página diaria del periódico sin pagar o a su efecto, recibir botellas de vino, cajas de galletas, o un paraguas de marca blanca por el agradecimiento de un reportaje en un magazine lifestyle.
- Viajar como el inserso, todos en el mismo autobús y en el mismo complejo turístico, para cubrir el año Chino, el Portugués o el Ruso. El lugar es lo de menos y lo de más, las vacaciones pagadas y aburridas en compañía anónima.
- Recibir en la redacción invitaciones para convenciones en las que una pulserita de diferente color, delimita o amplía tus horizontes. Estoy pensando en el Bread&Butter, en el Novia España, en el Salón del Comic o en el Summercase. Lugares donde demostrar tu cara dura es la causa de ser respetado.
- Llegada masiva a la redacción de libros de nueva adquisición de grandes editoriales, útiles para publicar en caso de andar escaso de ideas y olvidar las pequeñas publicaciones, por definición, las más interesantes. Es decir, alimentar
- Ir a una fiesta de diseñadores para acabar pagando el taxi de vuelta de tu bolsillo roto y dormir poco para ir temprano al trabajo, cumplir con el horario para parecer responsable y devolver tu salario en el alquiler del piso.
- Descolgar el teléfono del gabinete de comunicación y defender la posición de
- Tener en tus manos el proyecto que siempre habías soñado, maquetar y editar una revista gráfica con tu pareja, por la que te exigen el doble de lo que supuestamente pagarán.
Comentarios
a razón te come
un besazoooooooooooooo molt fort
llamj