Personaje de domingo

Nadie aparte de él y algunos perros se atrevieron a darse un chapuzón un día de invierno previo a la primavera. Se sentó en la arena y se deshizo de sus escasos aposentos, ropa sucia y oscura. Su larga cabellera y su barba destartalada presentaban un señor de escasos cuarenta años con apariencia de sesenta y tantos. Era residente de la calle y había llegado a la Barceloneta reclamado por el sol, como todos los presentes. Se colocó unos shorts verdes pimiento y entró tímidamente al mar. Se entretuvo con una esponja y rascó las imperfecciones, más propias de un mendigo que de él. Jugó con el mar cual niño amante del azul y cuando el sol había recorrido ancho cielo decidió salir. Rescató entre la arena una concha de grandes dimensiones y lejos de guardársela la lanzó lejos y fuerte. Llegó al final del Mediterráneo y orgulloso se lanzó de nuevo al mar. Silbó y se dejó llevar por la corriente, una vez más. Se secó al sol y su escaso equilibrio dejó en evidencia su estado etílico. Cuando pudo se vistió secándose cuidadosamente con una toalla rota. Unos piratas artesanos con manchas de pinturas eran su nueva vestimenta. Estrujó los bañadores y se colocó una radio con auriculares, recogió sus deportivas y se marchó.

En aquel momento, era el más limpio y el más libre de la playa pero tendría que tener suerte para seguir siéndolo en la calle.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
El jefe del mundo, tendra que tener mucha suerte, pero si vive el día siguiente.............
Sera un verdadero placer.

El Mediterraneo, el Mar, la Montaña, las Islas, son el verdadero placer de nuestro mundo.

Un Ok. por el tema, besos .......
llamj

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