silence
Después de un día intenso y demasiado largo empiezo a escuchar los latidos de mi corazón y lo hago en silencio. La ciudad también respira y ha permitido que los trasnochadores hojeen su vida sin hacer ruido. Han dejado de transitar coches, los obreros descansan en paz y, lo más importante, dejan descansar al resto de la humanidad. Es domingo y los vecinos del barrio de Sant Antoni todavía despiertos han apagado la televisión para quererse. Acostumbrados a ritmos desquiciantes, saber estar en silencio es volver a nacer. Estuve tres horas en silencio observando el sutil y maravilloso espectáculo de anochecer a tu lado.
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