Obsesión por el retrato


Fotograma de la película "Retrato por una obsesión"

Retratar la depresión norteamericana en los rostros de las personas que viven en los años cincuenta es el juego que Diane Arbus sigue al huir del personaje que sus padres le habían creado. Consiguió salir de la máscara de lo que no era, abandonando lo que fue como ella misma asegura:

"No sabía que era judía cuando era una cría. ¡No sabía que era desafortunado serlo! Me crié en una ciudad judía y en una familia judía, y como mi padre era rico y yo iba a un colegio judío, adquirí un firme sentido de irrealidad. Lo único que sentía era mi sensación de irrealidad".

Esta fotógrafa considerada una de las mejores artistas del siglo XX tiene su homenaje cinematográfico en "Fur: an Imaginary Portrait of Diane Arbus", un film entretenido aunque poco ortodoxo al acercarse a la vida de Diane. Que confusa decide abrir su mente al proyecto de fotografiar Freaks y cerrarla al proyecto de ser mujer y madre.

Un nuevo vecino, símbolo de su aprisionamiento o de su libertad, es el desencadenante de la elección de la Medea actual que guiada por el morbo, el miedo, el desconocimiento o cualquier otro sentimiento decide vivir sumergida en otra piel, simbolizada por el vestido de pelo que le cose su vecino, con su propio cabello.

Diane, interpretada por la actriz australiana Nicole Kidman, huye o avanza hacia otro destino, el que un día de verano en 1971 la llevará al suicidio. Esto no aparece en la tragi-comedia que recuerda a “La Bella y la Bestia”.

Comentarios

Entradas populares