esculpido por nadie
Sufrió la guerra civil en el campo de batalla
y sigue oliendo a dolor,
vio caer uno tras otro sus compañeros en el Ebro
fue diana del bando contrario
y reculó siendo primera fila,
un milagro lo salvó.
No se siente héroe,
se siente preso de un pasado que vivió con 17 años
y a los 83 continúa masacrándole.
"Hubiera preferido morir para no llorar
cuando oigo un ruido de bala
en una película de guerra",
asegura mi abuelo.
La sangre violenta es una náusea que jamás le abandona
por muchos veranos que sobrevuelen su cuco.
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