Ruta paralela en St. Jordi 2012
Fotografías de la Diada en Impar3en1.
Ayer fue un gran día
para los libros, para los escritores y para los lectores. Por muchas
mercès y muchas cursas del corte inglés, en Barcelona el mejor día
del año para pasear con una rosa entre las manos y dejar las palabras volando es el día de Sant
Jordi. No quiero dar envidia a nadie pero me despertaron de la mejor
manera que podían hacerlo: con una ROSA, UN BESO DE BUENOS DÍAS y
un ZUMO DE NARANJA EN LA CAMA. Un día especial para los
amantes, también de la literatura. Últimamente solo salgo a la
calle para ir a trabajar y demás quehaceres diarios y en manifestaciones y vagas generales. Me apetecía vivir Barcelona con más alegría. La
fábrica Moritz hizo una convocatoria online para los
escritores, entré con nuestros versos ilustrados y me invitaron a un desayuno. Leí la prensa con calma, como hacía tiempo
que no hacía. Estaba abierta. Paseé por Tallers que estaba bastante silencioso. La Pelu y Castelló
sacaron una paradita con algunos de los libros de músicos que juegan a ser escritores o palabras que suenan a canciones. ¿Sabéis cuál fue el
primer músico que encontré por la calle? Un viejo amigo de las Ramblas y Portal de l’Àngel que va con el traje del barça y con
una trompeta toca como puede el himno del barça, mientras la gente
se hace fotos y vídeos con él.
Husmeé la Rambla y me entró alergia. Alergia del manto ocre que desprenden los plataneros de sombra que cubren la avenida que quieren convertir en patrimonio de la humanidad. Alergia de ver tantos bestsellers sin nombre, alergia de ver los mismos escritores de siempre firmando sin mirar a sus lectores, alergia también de ver que junto a las paradas de las librerías había las de los partidos políticos de turno. Crucé sin mirar y me encontré en Canuda. Entré al Ateneu y paseé por la biblioteca para recuperar las palabras perdidas. Escuché voces que venían del jardín, me acerqué; hacían una lectura colectiva de la novela de Eduard Márquez “L’últim dia abans de demà”, que ayer no conocía. Leí unas páginas y dejé volar las palabras de otro en un auditorio de señoras y señores de tercera edad, o de cuarta.
1010 ways to buy a book without money
Por las redes sociales me había
enterado de una convocatoria interesante que se trata de 1010 ways to buy a book. Se trataba de intercambiar sin gastar dinero porque todo libro tenía un precio diferente sin euros. Entre los ejemplares encontré la rareza
que buscaba sin saberlo, “la historia de los anuncios por
palabras” y lo Intercambié por nuestro libro-cd de versos
ilustrados y musicados "Poseía Poesía". Interesante
propuesta de Carlitos y Patricia que genera conversaciones
interesantes alrededor de los libros y no potencia colas
kilométricas de gente que no se mira y solamente comparte el interés de
coleccionar firmas de gente que escribe sus memorias sin mirada.
En la Plaça del Pi
encontré un cartel que me invitaba a pasear por la Plaça Felip Neri para escuchar los sonidos de hoy, ya que los de ayer fueron
bombardeos a niños a la salida de una escuela y no me gustan mucho.
Cuando llegué me encontré la hora del patio, niños jugando a ser
soldados. Había dragones y flores dibujados en las paredes con las
manchas imborrables de la guerra civil española pero no encontré
nada de idílico en aquel lugar a las 12 del mediodía. Seguí
caminando, mi destino era el final de las Ramblas por las calles colindantes. La atravesé rápidamente con una enorme sensación de alergia, yo que
no soy alérgica, y encontré el oasis en ArtSantaMónica. Los stands
de Arts Libris era un buen sitio para conversar sobre libros y sonoridades.
De fanzines y libros objetos, de obras de arte y grabados, de piezas
únicas y aplicaciones literarias para ipads. Un impresor mexicano me
habló de una tipografía nacional y que la imprenta en su país fue primero que la americana; un artista francés me enseñó su
versión de las iluminaciones de Rimbaud, un libro totalmente tintado de negro
en el que únicamente había manchas espejismos de papel que eran lo que el poeta francés llamó
Les iluminations en 1886. Conocí a las editoras de Atem Books y nos interesamos mútuamente por el trabajo de ambas. Y la última parada antes de volver a casa sobre las 19h fue en la galería MUTT en el Carrer Comerç en la que
estaban todos los títulos de Blackie Books, entre ellos el que comentamos en el quién es quién de la inercia "Cosas que los nietos deberían saber" de Mr. E. Ambientazo de final de fiesta. A reveure i fins l'any que ve!
Hoy he hecho una crónica del día de St. Jordi en el programa de radio La inercia, puedes escuchar el podcast aquí; a partir del minuto 59 mi viaje paralelo.
Comentarios
però he sentit envella del teu meravellós dia del llibre.