Revolución versus publicidad

¿Has visto el anuncio de la temporada primavera-verano 2012 en Plaça Catalunya? Míralo. Son unos pocos policías que se defienden de una masa de jóvenes engorilados. La foto de estudio, convenientemente movida y desenfocada, deja ver la figura central. Una pareja hetero morreándose sin consciencia siquiera de lo que ocurre a su alrededor. Seguimos enajenados y la publicidad juega a alienarnos todavía más. Cuidado a no repetir modelos. Abre los ojos. Esta publicidad pretende normalizar la represión e integrar la revolución.

A propósito este anuncio brasileño que encontré en una cinta VHS de los años 80 en la Videoteca de Andrés Hispano, cuando estábamos haciendo la documentación para la exposición audiovisual Pantalla Global, en la que una marca de pantalones muestra la fuerza de todos los manifestantes que van uniformados con sus jeans.

Estos ejemplos pueden compararse a los anuncios de telefónica que imitaban burdamente las manos levantadas, en favor de las propuestas hechas por los ciudadanos anónimos en las asambleas. Aunque pronto salieron los contra-anuncios: Telefónica Mejorado y Esto no es un anuncio de Loewe. Cuidado en repetir las imágenes que gozan de buena reputación en las revueltas en anuncios y videoclips. Adquirir los mismos lenguajes que el sistema es la peor manera para subsistir. Y como grita Agustín García Calvo en su texto "Contra los modos de integración del levantamiento" (vía Félix Pérez-Hita): "Por eso es tan importante que los estudiantes no vean la televisión, reducción inmediata de lo que está pasando a mera Historia, ni escuchen las monsergas de los prohombres, momentáneamente representantes del poder, que les inculcan los Medios de Formación de Masas".

Como leo también en el segundo capítulo de Black Mirror no debemos formar parte del sistema, ni alimentarlo en máxima oposición porque acabará devorándonos con sus múltiples tentáculos. Ahora toca celebrar el año de las revueltas populares en la calle sin más miedo// 12M-15M.