Lectoescritura III
Fernando Pessoa. Os portugueses. A maçonaria
Llevo
meses en silencio. Recogida. Leyendo y escribiendo notas en los libros que transito pero sin publicar nada, sin apenas leerlo. He salido del ritmo frenético del escaparate para
encontrarme escuchándome y escucharte encontrándote, de nuevo.
En
un mundo lleno de palabras y excesos de información, creo que el
silencio se entiende como algo negativo pero el silencio previo a la
palabra es la concentración y la fuerza. Es la respiración y
también la voz, aunque parezca incongruente. El silencio es tensión,
pensamiento y vacío para poder crear, de nuevo. Normalmente
después de un proceso intenso necesitas limpiar la mente y el cuerpo
para poder sentir la nada y a partir de ahí, caminar. Cuando la
ausencia de la palabra no es falta de movimiento, el silencio desencadena
acciones como leer, escuchar, atender y sentir sin inercias. Y cuando
la creación siempre parte de uno, de su verdad, de su vacío y de su
silencio, al final la palabra llega. Y suele llegar con más energía
sin que eso signifique buscar el reconocimiento del
planeta a cualquier precio ni exponerse en el aparador como un mono de feria. De momento prefiero seguir leyendo y por mucho tiempo.
Lectoescritura en El porqué de las cosas de Quim Monzó
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