El mejor día a partir de las 19:19

En mi vivir trato de concluir los días para sentir vivas las vivencias, como dijo un joven poeta de san sebastián: un escritor vive para escribir, en cambio un poeta lo hace para vivir.

Mi día ha sido verde como el jersei que me regalaron cuando cumplí 23 años, y azul marino cielo como las pupilas de la sirenita de Andersen, y rojo como la marca de una cantante mallorquina que quiere follarse al mundo con su inocente cara de caperucita. Y gris por las nubes que cubren el cielo a las siete de la mañana y a las siete de la tarde y amarillo como la buena suerte porque he decidido que hoy, a partir de ahora, sea el mejor día.