La historia de dos cuerpos desnudos

Cuando cumplí algunos años más me contaron otro cuento para que entendiese el juego de mayores llamado amor.

Iris creció como el resto de humanos y el día que cumplió trece años le pidió a su vecino que la enterrase debajo de la arena, siempre le habían dicho que aquel era un juego de mayores y ella sabía que ya lo era. Él convencido de la diversión aceptó con total naturalidad. “Túmbate en este hueco”, le dijo y ella obedeció como si la sentencia significase experiencia y sintió como los granos blancos cubrían su piel, incluso notaba como se introducían silenciosos en lugares prohibidos. Josué se dejó seducir por el tacto de la arena sobre la piel de la niña y vistió su cuerpo con un pequeño tul rosado, moldeó sus pequeñas curvas y dibujó formas triangulares sobre su cuerpo. Cuando terminó el trabajo manual miró a Iris y la descubrió dormida. Él no sabía que era un truco y que ella lo había espiado durante todo el proceso y ahora le dejaba espiarla sin ojos que lo incomodasen. Él esperó una reacción inexistente y antes de que ella abriese los ojos se tumbó a su lado.

La fina arena era el nexo y la imaginación el desenlace. Un golpe de viento unió sus manos vírgenes y sobresaltados por la situación prefirieron callar y seguir tumbados uno cerca del otro hasta que Iris respiró profundamente y desmontó la montaña de arena de su pecho. Josué se incorporó y vio a Iris desnuda sobre el desierto, pensó que era “la duna más bonita que nunca había visto” y le dijo: “me tapas tú a mi”. Ella aceptó y la relación de poder se intercambio, ahora era ella la que podía tocar el cuerpo de su nuevo amigo. Lo hizo delicadamente y mientras lo vestía aprovechó para escribir en su barriga sus nombres unidos por un corazón pero llegó la noche y tuvieron que dejar el peligroso desierto. Desde aquel día crecieron juntos y trece años después volvieron a tumbarse en el mismo rincón de Algeria, jugaron desnudos a cubrir sus cuerpos bajo la arena e hicieron el amor hasta que amaneció el día llamado “ALEGRIA”.