el beso

Beso suave
cariñoso
dulce
nervioso
sensual
a ritmo cálido
y profundo.

Beso de muy adentro
hasta muy afuera
desnudo
alcohólico
cercano al mar
con aroma índico
y amoroso, como los osos.

Beso viajero
descubridor
caliente
sexuado
tierno
e imaginario.


Pienso en Klimt, en Rodin, en Witkin, en la dama y el vagabundo, en Casablanca, en Time Square pero finalmente me decido por el beso de Bresson que ocupó durante el semestre brasileño un vivo recuerdo.

0,7 miligramos de albúmina, 0,71 de grasa, 0,45 de sales minerales, 0,18 de sustancias orgánicas y 9 miligramos de agua. Aunque parezca la composición de un medicamento se trata de las sustancias que se intercambian en un beso. Y aunque no se vende en las farmacias tiene el mismo efecto que una droga. El cerebro es adicto a la oxitocina, hormona asociada a la afectividad, el deseo y la ternura.

El gesto cotidiano fotografiado, posado y recordado por artistas de todos los ámbitos sube las pulsaciones cardiacas a 130 por minuto, libera adrenalina, baja la tasa de colesterol, activa hasta 30 músculos e intercambia millones de bacterias. Es la combinación del estado sólido (tacto), líquido (saliva) y gaseoso (aliento) entre dos cuerpos. El beso es el prólogo de muchas historias.

De uno a seis según el país de procedencia y con distintos significados, las primeras descripciones aparecen en la Biblia. Parece ser un invento reciente ya que en las cavernas prehistóricas no existe ninguna referencia. A besar se aprende besando y no debe olvidarse en el transcurso de la rutina y el crecimiento, implica reflexiones sobre el uso de la lengua.

Bésense, ¿a quién le importan 300 colonias de bacterias?