44 años después, pudimos
La gran final del fútbol europeo se jugó ayer en el estadio de Viena entre Alemania y España (0-1), la una guerrera y la otra elegante. Por fin, en una final de fútbol ganó la elegancia.
Ayer, me volví a emocionar con el juego de la roja y como en la infancia locuté los 94 minutos de un partido inigualable, donde ganó el buen fútbol, la juventud y el jogo bonito de un equipo que no supera los 25 años de media. Una vez más, la juventud no es una dificultad para emprendedores, sino un grado más del aprendizaje.
Un acto de clausura, que inundó el cielo de globos de colores, excepto el rojo y amarillo de los campeones, dio el pistoletazo de salida a una Alemania que ansiaba el título y salió a por todas hasta que encontró un medio campo infranqueable, el ganador de la Europa: Senna, Silva, Cesc, Iniesta y Xavi. El equipo de Luis Aragonés, que lejos de chillar cual energúmeno como antaño, direccionaba a sus jugadores con las manos, dominó el terreno de juego en una final histórica y llegó el gol. Un pase precioso del creador Xavi al goleador Torres que ganó al defensa en desmarque y colocó el balón por encima del portero con un toque de campeón.
Una selección merecedora del premio salió victoriosa la primera parte y a la vuelta se apropiaba minuto a minuto del trofeo. El segundo gol no llegó aunque Sergio Ramos, Torres y Güiza lo intentaron, tampoco sufrió el capitán de la selección, Iker Casillas, que fue de nuevo el mejor bajo palos y estuvo siempre resguardado por una indiscutible defensa: Ramos, Pujol y Marchena.
Camacho, como locutor televisivo no habló apenas, solamente aclamaba “tenemos que disfrutar de este partido porque estamos ganando y dominamos el juego”, todos los demás temíamos un arreón de los teutones que nunca llegó. Rosseti pitó el final del partido y el césped, la grada y cualquier rincón de nuestra, unida, España estalló de júbilo. Quizás los únicos que perdieron fueron los de mediamarket que deberán devolver a sus clientes la mitad del importe pagado por los electrodomésticos. A partir de ahora, el slogan de la empresa debería ser: ¡No sé si soy tonto pero estoy arruinado!
Una despedida por todo lo alto del que un día fue pequeño y ayer se convirtió en el gran Luis Aragonés, pese a quien le pese. ¡Gracias campeones!
Comentarios
Pero eres maravillosa como describes todos los acontecimientos,cuando te salga el trabajo pensare con la cronica del partido de la copa de España, del depor contra el español, de hace unos cuantos años lo bordaste como también has bordado esta final......... gracias por seguir con tu trabajo.
Sort, salud i una abraçada de tots noltres
Mil besos y a por otra crónica, esta vez del Trofeo Conde de Godó de Vela para el magazine del RCNB.
Un abrazo y hasta el sábado.