Riñones con bilis de yuca
La comida es una moda, una moda que cuesta dinero y sobretodo sacarse de encima cuando trabajas en una revista de gastronomía y vas a congresos como Madrid Fusión o Alimentaria. Tras el auge de Falsarius Chef, un engañoso cocinero de latas, insisto en las recetas y os propongo un experimento: cocinar riñones con bilis de yuca.
Para 1 personas se necesitan 2 riñones de ternera, la correspondiente mucosa amarillenta del hígado de la misma ternera para que mantenga su identidad, 1 yuca caribeña o en su defecto 2 patatas, 1 chalota o una cebolla si no estamos en el país vasco, 1/4 litro de caldo de ave, 1 vasito de vino tinto para tomar mientras cocinas y el segundo en la mesa, 1 cucharadita de mostaza, 1 porción de aceite y oliva, perejil picado, sal y pimienta molida al gusto. Por cada comensal de más, se suman el número de bocas dispuestas y se hace el cálculo de la vieja, el que nunca falla. La dificultad de cocinar el plato es mínima, está hecho en 30 minutos según un manual, lo que más cuesta es encontrar tiempo para ir al supermercado, a la carnicería y a la verdulería. Y tras el proceso creativo, la digestión siempre será mucho más rápida de lo deseado.
El secreto para que los riñones estén sabrosos es respetar los tiempos de cocción y no recalentarlos para mantener su textura. Probadlo ustedes mismos y os saldrá como en la fotografía, yo comeré invitada en la Marisquería Rias de Galicia. Os habéis fijado que siempre, vayas donde vayas, te encuentras casas gallegas. Yo viví durante medio año en São Paulo y esta moda culinaria llegó hasta la ciudad más contaminada de América del Sur. En mi Mallorca natal, la Casa Gallega era una predilección dominical hasta que mi padre, un gran cocinero de puertas para adentro, aprendió a cocinar pulpo con sal gorda y pimentón. Hoy devolveré la infancia a mi recuerdo. ¡Buen provecho a todos!
Para 1 personas se necesitan 2 riñones de ternera, la correspondiente mucosa amarillenta del hígado de la misma ternera para que mantenga su identidad, 1 yuca caribeña o en su defecto 2 patatas, 1 chalota o una cebolla si no estamos en el país vasco, 1/4 litro de caldo de ave, 1 vasito de vino tinto para tomar mientras cocinas y el segundo en la mesa, 1 cucharadita de mostaza, 1 porción de aceite y oliva, perejil picado, sal y pimienta molida al gusto. Por cada comensal de más, se suman el número de bocas dispuestas y se hace el cálculo de la vieja, el que nunca falla. La dificultad de cocinar el plato es mínima, está hecho en 30 minutos según un manual, lo que más cuesta es encontrar tiempo para ir al supermercado, a la carnicería y a la verdulería. Y tras el proceso creativo, la digestión siempre será mucho más rápida de lo deseado.
El secreto para que los riñones estén sabrosos es respetar los tiempos de cocción y no recalentarlos para mantener su textura. Probadlo ustedes mismos y os saldrá como en la fotografía, yo comeré invitada en la Marisquería Rias de Galicia. Os habéis fijado que siempre, vayas donde vayas, te encuentras casas gallegas. Yo viví durante medio año en São Paulo y esta moda culinaria llegó hasta la ciudad más contaminada de América del Sur. En mi Mallorca natal, la Casa Gallega era una predilección dominical hasta que mi padre, un gran cocinero de puertas para adentro, aprendió a cocinar pulpo con sal gorda y pimentón. Hoy devolveré la infancia a mi recuerdo. ¡Buen provecho a todos!
Comentarios
Un besito, cuídate.
La comida me persigue, pero soy como el comecocos, me avanzo a ella.
Un abrazo
Besos,y una abrazada.
llamj