cuidaté
Ayer tampoco cenó porque cuando llegó a casa era demasiado tarde y se le había pasado la hora de la cena, una excusa que se había dado cada día desde que la comida era un acto de soledad en su vida. Pero hoy, cuando se ha mirado en el pequeño y único espejo de la casa, se ha asustado de su cara, su piel es de color amarillo_feo, se la ha lavado y ha sentido daño, ha hecho una mueca y se ha dejado de acariciar con el agua. No se lo ha dicho a nadie, sólo ha escrito “estoy mal” en un diario que lo guarda debajo de la cama desde que cumplió 13 años.
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Un beso. Te quiero.