Hoy he caído
Estaban detrás de un escaparate y cada mañana antes de entrar en la redacción reservaba cinco minutos para observarlas. No se lo confié a nadie, era mi secreto. Y llegó la navidad y con ella su periodo de auto-regalos pero me conformé en verlas brillar a través del cristal anti-robos de la boutique, como me gusta llamar a las tiendas desde que trabajo en una revista de moda. Todavía no podía pagarlas y no porque fueran excesivamente caras sino porque su precio no se relacionaba con el servicio que prestaban, aunque en algún momento llegué a convencerme de lo contrario. Sabía que eran perfectas para mi empeine. Pasaron los meses y mi mente se ocupó de otras cosas mucho más interesantes, se puede decir que me olvidé de ellas. Pero las rebajas me obligaron a pensar en esa prenda de temporada que “necesitas” y volvieron a mí como los recuerdos guardados en la memoria del ordenador humano. Al día siguiente pasé por el escaparate y ya tenían el cartelito con el precio reducido. Hoy sí, pensé. Entré, me las probé y esperé a las segundas rebajas. Han llegado y por fin las tengo en casa.
Ah… se me olvidaba son unos botines dorados.
Ah… se me olvidaba son unos botines dorados.
Comentarios
Un beso y muy bien redactado
llamj
Vos estim papás