pasarela de colores



La Pasarela Barcelona culminó su tercera andaduría anoche en el Fòrum de Barcelona con un desfile esperado, el de Custo. Una pasarela extravagante que se hizo esperar lo suficiente para los invitados y demasiado para los que todavía estaban trabajando a la una de la madrugada. Una pasarela con pocos modelos, pocos trajes y menos intención de mostrar la nueva colección. Simplemente una excusa para reunir prensa y curiosos alrededor de Custodio Dalmau, el nombre real del diseñador catalán interesado más en Nueva York que en su tierra natal. Pero ayer devolvió lo que debía. Acompañó a los invitados en el fotocol: Judith Mascó, Jordi Hereu, el alcalde de Barcelona; Josep Mª Donat, el presidente de la pasarela y Antonia de Latte, son algunos de los que retrató mi cámara. Aquí tenéis una de esas imágenes que mostrarán este mediodía en los programas del corazón, mi intención es diferente.



Esta foto posada tiene algo de historia: el gabinete XXL convoca a la prensa en el Espacio Movistar a las once de la noche y hasta casi las doce no llega ningún invitado. Judith Mascó fue la primera y los flashes se dispararon con ansia para no perder la conexión entre el diseñador y la modelo. Mi cámara no respondía, yo quería clicar una vez detrás de otra pero ella todavía pensaba. Se grabaron sonrisas y detalles en la pantalla de la digital y en mi mente. Los fotógrafos veteranos gritaban a los personajes para que posaran mirando a su objetivo: "si quieres salir, mírame". Una orden que los fotografiados asumían sin demasiada estrañeza.

Los invitados se pararon de llegar y la prensa de hacerle fotos. Cada uno con su aparato de reflejar la realidad buscaba un nuevo hueco, ahora en un nuevo espacio, la pasarela. Los que llevan más años en esto ya lo tenían reservado. Otros, por ser el primer día nos tuvimos que buscar el foco por libre. Yo decidí estar debajo del escenario y con una sonrisa esperé a que salieran los modelos. Nunca había pensado que podría hacer fotos en una pasarela, me parecía más difícil pero no, es sencillo. ¡Ponerle huevos y apañártelo con lo que tengas, sea mucho o poco!



Menos de 20 minutos de desfile daba paso a una fiesta-show donde los sentidos se despertaban. Ver, oler, degustar y oir pero no tocar. Modelos que se paseaban entre el bullicio, chicas que se dejaron la piel bailando al ritmo de la música dentro de unas jaulas a la altura del techo para amenizar el lugar opaco en el que se celebró la fiesta y barra libre para todos hasta las cinco de la madrugada. Y una despedida hasta el año que viene.

Después de toda esta historia de la moda del siglo XXI, la pregunta es para qué hice esto o peor aún, para quién.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Ay, ..... Joaneta, me ha gustado la manera de describir los sentimientos sobre la pasarela, la moda, la extravagancia de los diseñadores y modelos ..... este corazón del mediodía...
Lo diferente es que te van ha enseñar, mostrar los dientes o pedir mas salario para estar hasta la madrugada.
Un beso den Llamj

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