Bella primavera
Era primavera, una más, una cualquiera, y lo leía en el trayecto que hacía el autobús de su casa al trabajo. La temperatura era otra dentro y fuera, los transeúntes de la ciudad habían cambiado los paraguas por bicicletas y los usuarios del transporte público dejaban las bufandas para presentarse en sociedad en camisa de once varas. Las pieles empezaban a entreabrirse entre tejidos suaves y se rozaban a otras pieles por voluntad o por casualidad. Los pensamientos viajaban a la próxima estación y antes de llegar estaban inmersos en las playas de arena blanca, las tardes soleadas de cerveza y batido y los biquinis florales. A la espera del sensual verano, vivían la dulce primavera y olvidaban el crudo invierno y el otoño amarillento.
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Sort i una abraçada