DETESTO LA PALABRA:

Cuco es un sustantivo que, sin estar colgado en la pared, chirría. Pájaro que con puntualidad británica marca la llegada de la primavera y saluda a los nietos en las casas de las abuelas. El reloj de cuco es un mueble decorativo que entre cursi y infantil, da miedo. Y sino cántalo en voz alta: “Duérmete niño, duérmete ya, que viene el CU-CU y te comerá”. Una nana con la que todos nos hemos dormido alguna vez, y que al comprender su letra deja de cumplir su función. Como madre nunca cantaré esta canción y encargaré a mi memoria que tampoco lo haga cuando sea abuela.

Cuco también es un adjetivo que significa bonito, bello o mono. Siempre se pronuncia con los ojos achinados y una falsa sonrisa en la comisura de los labios. Cuco es palabra llana de cuatro letras en la que una se repite, la C, y las vocales son correlativas del final hacia el principio: U,O. “ce”, “u”, ce”, “o” forma la palabra cuco. Sencillez elevada al grado máximo de estupidez.

Tiene algo que ver con un gusano en catalán, “cuc”; también se relaciona con pene o “cuca”. Cuca, precisamente, es el apodo de un amigo que comenzó a volar de tanto ladear la cabeza hacia delante, detrás; hacia delante, detrás; hacia delante, detrás; hacia delante, detrás; hacia delante, detrás;... Mi amigo era un cuco a tiempo real que marcó todos los segundos de su vida.

Somos hombres y mujeres de cuco, todos hemos vivido en la cuna y volveremos a ella, véase nicho. La libertad condicional humana nunca nos permitirá volar. El cuco es el maleficio de los relojes-humanos.