ya está aquí

Imagen de Joan Garau/ Versos Joana Abrines

Cuando llega el décimo mes del año siempre aparecen cambios sustanciales en la vida de las personas. Terminan las fiestas patronales y comienzan los conciertos en las salas, terminan las sesiones deportivas al aire libre y empiezan los campeonatos federados. La naturaleza también modifica su metamorfosis y aparece la poshumanidad. Los hombres-máquina se guardan del frío bajo mantas y chocolates calientes con engranajes mecánicos. A finales de octubre nos quedamos una hora menos en la cama y el día D termina más pronto, los bañadores dan paso a los pantalones de pana y las sábanas de verano a las colchas de plumas. Despierto con la presencia de mi abuela en la retina de la memoria y con ansias de recuerdos infinitos. El mes de octubre es como el blues, más nostálgico que el jazz. Los que me conocen saben que prefiero la improvisación de los veranos jazzísticos.