la pelu en casa


Mi prima y yo

El pelo es un identificativo de las personas que lo tienen, aunque imprime más carácter un calvo que un melenas. En el metro, yo he visto a gente levantarse para dejar su asiento a un joven calvo y jamás he visto esa cordialidad ante un viejo greñas. Debe ser que la edad biológica cambia según el cuero cabelludo. El calvo, también llamado bola de cristal, tiene más experiencia y es un tío majo con mucha vida interior; en cambio, el melenudo, no sabes si es guapo o feo porque el pelo le tapa la cara, pero continúa teniendo un espíritu joven. ¿A ver, quién es el chulo que a los cuarenta y tantos se deja crecer cuatro pelos finos para cultivar mata sobre sus pensamientos?

También están los rastas, los rapados, los desaliñados con pelos pegajosos, los maqueados, los que se perfuman hasta el pelo, los que se lo estropean a base de lacas y espumas varias, los encrespados y los top model del cuero cabelludo que salen en anuncios de televisión para cambiar el hábito de los consumidores de series y programas que han caído despistados, o no tienen mando para hacer zapping, en las redes del marketing. Los mismos calificativos sirven para las rubias, las morenas, las castañas, las albinas, las pelirrojas, las calvas, las que se hacen una cola o las que lo llevan al tiempo, como yo. Por la mañana me despreocupo de peinarme antes de salir de casa porque el viento de afuera me lo colocará libremente donde quiera. ¿Habéis visto alguna vez una china calva? Hago un llamamiento desde aquí, a todos los chinos que conozcan a una mujer calva con ojos achinados y que susurre al hablar. Envíen una foto para conseguir el acercamiento entre culturas.

También existen peluquerías latina, africanas, americanas, al estilo italiano, con nombre de marca, de escuela y de barrio. Yo hace seis años, y más incluso, que no piso una peluquería porque tengo una peluquera particular en el salón de casa, mi prima. La observación me lleva a declarar que los pelos corporales también se hacen mayores. He visto señoras arregladas con pelos en las orejas, representantes con un pelo rebelde en la nariz, niñas con pelos en los pezones y los pelos de la ingle, por no llamarla vulva, crecen cual mala hierba en un césped artificial. Mañana hago mi primera incursión en la depilación láser por todo mi cuerpo firme pero insensato. Espero quedarme calva pronto y que me cedan los asientos en el pestilente metro de Barcelona.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
m'encanta aquesta foto!
Anónimo ha dicho que…
Bone peluquera, ah molt be s'article.

Un beso i salut
llamj
Joana Abrines ha dicho que…
Vaya dos anónimos más familiares. Gracias por no abandonarme en la inmensidad de las palabras. A mí, me gustó mucho escribir este pequeño homenaje a las peluqueras, en especial a la mia propia.

ABRAZOS AÑILES.
AAN ha dicho que…
¡¡Quiero ver ya la foto del después!!!
dueñas ha dicho que…
Me ha encantado el texto. He esbozado varias sonrisas a lo largo de su lectura en un día de depresión postvacacional.
Joana Abrines ha dicho que…
AAN, no hay foto del después, nos detuvimos en el momento preciso. Hemos aprendido mucho más que antes y es de agradecer, mantener la melena.

María, ¿sabes cuántas veces he pretendido hacer un texto con notas de humor? Muchas y nunca me ha salido. Gracias por reír, mientras lloro.

PD: Las personas estamos llenas de contradicciones

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